(Waldemar Bastos, Pretaluz ’backlight’. 2005)

Es un palacio que transforma las cosas,
a las mentalidades más desgastadas
las renueva,
y a las personas soñadoras las convierte en personas activas de lucha diaria,
a los realistas soñacioneros,
a los ricos, ricos e inteligentes,
a los pobres, pobres y fuertes, y luchadores
y creedores en ilusiones
y precursores de su alegría…

Kuribota está llena y vacía,
Kuribota es música y destrucción
allí van los que no van y los que
no quieren ir.