Esta maldición afecta principalmente a las canciones que aparentemente se catalogan como «de poco interés popular». Son canciones que no deben ser oídas sino ’olidas’. La maldición hace que, fruto de su desinterés, el olor se disipe y nadie entienda sus sonidos.
En términos físicos podríamos hablar del efecto Kanyibuang y laPsicología del Sonido Olido expuesto por el Dr. Gung Jolin, premio Ëde-elét de 1789.