Había escuchado algo sobre un joven que hacía cosas por Cuba, algo que atraía mi atención porque era música, alquimia y palabra. Decían que cuando hablaba se mostraba con unas sencillas formas pero que a pesar de eso en el tono de su voz había algo mágico. Así que no lo dudé dos veces y cogí el primer avión que me llevara a Chile.
Allí lo conocí, en un concierto multitudinario que haría que aquel continente estuviera formado por algo más que ciudadanos norteamericanos. Venía conmigo Pablo Espínola Ahmat, un musicólogo español muy amigo mio que deseaba conocer a Silvio. A tan sólo cinco minutos de estar allí, Pablo se volvió con lágrimas en sus ojos y dijo aquello de «…un pueblo olvidado este. Tanta gente aquí que existe, gente como tú y como yo… ¿ese abrazo nos corresponde recibirlo también a nosotros?».
Yo sinceramene no supe qué decirle, pero creo que entendió que nunca se podría devolver todo aquello que se les había arrebatado.
Oí muchas de sus canciones pero nada indicaba que hubiese alquimia en todo esto. Mientras escuchaba una canción llamada «Nuestro tema» observé que ahí abajo, justo en frente de mis zapatos había curiosamente una tortuga. Esto me recordó estrepitosamente a aquella historia que me contó mi compañero Richard. Seguí las instrucciones que entonces me indicó: -si-gue-a-la-tor-tu-ga…- Esta canción se convirtió entonces en un tunel, un camino que existía a medida que seguía su rastro.
La canción iba culminando y a su vez el camino se desvanecía; claro, yo estaba guiándome por la música, siguiendo cabizbajo a una tortuga, no sabía dónde me encontraba, así que levanté la cabeza, y Silvio en ese momento terminó de cantar. Mala suerte tuve, ya que choqué en pleno silencio con Na-lü (aunque en ese momento desconocía por completo su identidad) armando un gran escándalo, pero ella me besó, me cogió de la mano, y terminamos de ver el concierto juntos.
Más tarde revisando mis apuntes descarté que aquello fuera magia o alquimia, no correspondía con ninguno de los cánones establecidos. Lo más extraño fue que al conseguir la grabación de aquel concierto, descubrí que aquella canción no aparecía en el repertorio. Curioso, ¿verdad?.